Henry Hierro: el ritmo de un corazón que nunca dejó de sonar
Carmen Luz Beato
Santo Domingo.– La música dominicana amaneció de luto este lunes 3 de noviembre. Henry Hierro, creador de la emblemática orquesta La Gran Manzana y uno de los nombres más respetados del merengue, falleció tras una valiente lucha contra el cáncer.
La noticia fue confirmada por su hermano, Willie Hierro, al periodista José Antonio Aybar, dejando al país sumido en la tristeza por la partida de un artista cuya vida estuvo marcada por el amor al arte y la autenticidad del ritmo que mejor representa al alma dominicana.
A finales de octubre, su familia había compartido un comunicado en el que informaban que Henry atravesaba por un “proceso de salud delicado”. En aquel mensaje, expresaban el mayor deseo del músico: “Recuperarse pronto para volver a los escenarios y continuar compartiendo su arte, la pasión que ha dado sentido a toda su vida.”
Esa pasión fue, precisamente, la esencia de su trayectoria. Músico, productor, cantante y arreglista, Henry Hierro construyó una carrera sólida y coherente, siempre fiel al merengue de calidad, a los arreglos cuidados y a la innovación dentro de la tradición. Con La Gran Manzana, marcó una época en la escena musical tanto en República Dominicana como entre la diáspora en Nueva York, llevando alegría y orgullo a cada presentación.
Hoy, su legado permanece vivo en cada nota, en cada coro y en la memoria de quienes bailaron sus canciones. Henry Hierro fue mucho más que un músico: fue un tejedor de ritmos, un guardián del merengue auténtico y un símbolo de perseverancia artística.
Su nombre seguirá resonando, como un eco de tambora y acordeón, en la historia del merengue que tanto amó.