Diez decálogo en favor de la mujer: Organización de Estados Americanos y la Comisión Interamericana de Mujeres
Por: María Estela de León
SANTO DOMINGO.- Es un anacronismo que en pleno siglo XXI la mitad de población esté en condiciones de discriminación de género y padeciendo desigualdades estructurales.
En ese orden, el 2022 encuentra a las mujeres de la región en una situación de subrepresentación en los puestos de decisiones y ausentes del poder político; espacio donde se toman las decisiones de impacto social, bajo esta premisa no se puede hablar de progreso ni de desarrollo.
En ese compromiso, la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM) órgano de la Organización de Estados Americanos (OEA) a través de la visión de mujeres expertas pone a disposición de los gobiernos de los Estados miembros el “Decálogo para un Estado en clave de derechos humanos y feminista”.
Este instrumento, es el producto de la visión y la sapiencia de un grupo de mujeres repensando medidas que sirvan de acelerador para alcanzar una mejor representación de las mujeres y que está de paso a la consolidación de una democracia paritaria en la región.
En el decálogo se enuncian diez acciones dentro de las cuales se encuentran: “Garantizar la ciudadanía plena de las mujeres y la paridad en la representación para el fortalecimiento de la democracia, Promover la igualdad y no discriminación como base de leyes, instituciones y políticas públicas; Impulsar el empoderamiento económico de las mujeres para asegurar un futuro inclusivo”. Entre otras medidas.
Se espera, y es la aspiración de la entidad y de las organizaciones que impulsan acciones en favor de las mujeres, que este decálogo se convierta en una herramienta eficaz, y de aplicación inmediata por los gobiernos, y apoyada por la sociedad civil de los diferentes países que forman parte de la organización internacional, es de vital importancia que las políticas dirigidas a la aplicación del mismo se realicen con enfoque y perspectiva de género, para una mayor efectividad y “consolidar la igualdad como bien de la humanidad”.
Desde que los Estados asumieron esta forma de gobierno las mujeres fueron excluidas para ser consideradas capaz para participar y decidir sobre los asuntos públicos, lo cual la confinó a lo privado. Con el correr del tiempo la democracia ha experimentado transformaciones profundas, si la comparamos con la democracia griega donde las mujeres no eran ciudadanos, y al igual que los extranjeros, esclavos y otros miembros de comunidad, eran incapaces, por lo que no participaban en las decisiones relacionadas con la organización de las ciudades.
El derecho a la participación política de las mujeres se reconoció de manera gradual, sobre la base de las consignas enarboladas por los movimientos feministas, hoy se habla de este derecho materializado en el ejercicio del sufragio. Es por ello, que los mecanismos internacionales que trabajan en el reconocimiento de la igualdad sustantiva de las mujeres, y para alcanzar este objetivo diseñan agendas que buscan impulsar acciones tendentes a cerrar brechas económicas y políticas que nos les permiten a las mujeres el desarrollo pleno de sus capacidades como ser humano.
Sin lugar a dudas, la participación de este segmento de la población que es (más de la mitad) ha ido aumentado en cuanto al derecho de elegir, sin embargo, el derecho que las elijan en igual de condiciones con su par y el reconocimiento pleno de sus derechos, sigue siendo un desafío para la democracia.
La igualdad de género tiene que ser una realidad vivida, Michelle Bachelet.
La autora es Periodista y Abogada
Representante del Centro de Mujeres de las Américas RD.