El suicidio es un problema de salud pública urgente y su prevención debe ser una prioridad en el mundo
Por Araceli Aguilar Salgado
“Quienes atraviesan esta situación no quieren morir, sino que quieren dejar de vivir en las circunstancias en que se encuentran. Por eso, es muy importante facilitar a la persona, la expresión de sus pensamientos”.
Desde el año 2003, la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio, en colaboración con la Organización Mundial de la Salud, ha promovido cada 10 de septiembre el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, con el objetivo de concienciar a nivel mundial que el suicidio puede prevenirse.
El suicidio es un evento que afecta de manera global a las familias, a las comunidades y a los países. A nivel mundial se suicidan cada año casi un millón de personas, lo que equivale a una persona cada 40 segundos. Además, por cada muerte por suicidio se estima que hay 20 intentos más frecuentes que los casos de suicidio consumado.
En los últimos 45 años las tasas de suicidio han aumentado en un 60% a nivel mundial. El suicidio es una de las tres primeras causas de defunción entre las personas de 15 a 44 años en algunos países, y la segunda en el grupo de 15 a 29 años de edad, hay que tener en cuenta que cada vida perdida representa a un amigo, padre, hijo, abuelo o compañero de alguien. Por cada suicidio producido muchas personas alrededor sufren las consecuencias.
El suicidio es un problema complejo, en el que intervienen factores psicológicos, sociales, biológicos, culturales y ambientales. De acuerdo con el informe mundial de la OMS sobre prevención del suicidio, en 2012 se registraron en el mundo alrededor de 804,000 muertes por suicidio, lo que se traduce en un 50% de todas las muertes violentas registradas entre hombres y un 71% entre mujeres.
Factores de riesgo para el suicidio El suicidio es un problema complejo en el que intervienen todo tipo de factores: psicológicos, ambientales, sociales y biológicos. Se han determinado algunas causas que influyen en las conductas suicidas:
- En los niños y adolescentes, influyen especialmente factores como la historia psiquiátrica familiar, enfermedades mentales, la pérdida de un ser querido, la depresión, aislamiento social, abuso de drogas y alcohol.
- Para las mujeres y hombres, suponen un factor muy importante las relaciones con otras personas, la violencia doméstica o el estrés en el ámbito de la familia, aunado a las enfermedades mentales, abuso de alcohol y drogas, entornos familiares problemáticos.
- Los estudios señalan que en el grupo de edad de las personas mayores cuentan especialmente factores como la depresión, el dolor físico a causa de una enfermedad, el aislamiento social y familiar.
No obstante, cada persona vive un universo concreto que habría que analizar, para determinar cómo ayudarle a superar la etapa por la que está pasando y evitar las conductas suicidas.
No siempre se puede saber si alguna persona de nuestro entorno inmediato está pensando en el suicidio, pero hay algunas señales de alerta que pueden hacer sospechar:
- Habla acerca del suicidio, o expresar frases como «desearía no haber nacido», «quisiera estar muerto», o similares.
- Intenta obtener medios para hacer efectivo el suicidio.
- Retraimiento extremo.
- Cambios de humor.
- Preocupación por la muerte.
- Sentir impotencia y desesperanza ante una situación.
- Abuso de alcohol y drogas.
- Cambios en la rutina normal.
- Hacer cosas autodestructivas e imprudentes.
- Despedirse de las personas como si fuera a ser definitivo.
Entre los riesgos vinculados a la comunidad y las relaciones que pueden incidir los suicidios se encuentran: las guerras y desastres; el estrés ocasionado por la aculturación, la discriminación, un sentido de aislamiento, el abuso, la violencia y las relaciones conflictivas.
Para prevenir este tipo de incidentes es necesario: un eficaz registro civil y de los hospitales; una mayor disponibilidad en las encuestas y una mayor calidad en los datos sobre suicidios e intentos de los mismos; restricción del acceso a los medios para el suicidio, disminución del sensacionalismo en los medios de difusión sobre el suicidio así como de la estigmatización de quienes buscan ayuda por comportamientos suicidas, por problemas de salud mental o por consumo de sustancias psicoactivas.
El estigma, la vigilancia, los recursos limitados y la falta de concienciación siguen siendo los principales obstáculos para la búsqueda de ayuda, lo que pone de manifiesto la necesidad de realizar campañas de alfabetización en salud mental y contra el estigma. “Crear esperanza a través de la acción” es el tema de este año del Día Mundial para la Prevención del Suicidio, organizado por la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio (IASP) y respaldado por la OMS, con el objetivo general de concienciar sobre la prevención del suicidio en todo el mundo.
Por lo que hay que crear esperanza a través de la acción y con ello se pretende recordar y reforzar la idea que existen alternativas al suicidio, así como brindar esperanza a quienes atraviesan por circunstancias difíciles.
A través de nuestra acción es posible marcar la diferencia para la prevención del suicidio, así como apoyar a familiares y allegados que están en duelo por suicidio.
Cualquier persona es clave en la prevención del suicidio, ya que todos podemos marcar la diferencia como miembro de la sociedad: como hijos, padres, amigos, colegas o vecinos. Cada día podemos aportar para prevenir los suicidios en nuestro entorno.
- Concienciarnos sobre el tema del suicidio y sensibilizar a otros.
- Conocer las causas del suicidio y las señales de alerta.
- Mostrar cuidado y ayuda a las personas que se encuentran en situaciones difíciles.
- Cuestionar el estigma asociado al suicidio y a los problemas de salud mental, compartiendo nuestras propias experiencias.
Asimismo, los gobiernos deben elaborar marcos normativos para las estrategias nacionales de prevención del suicidio, a nivel local, las declaraciones políticas y los resultados de la investigación deben plasmarse en programas de prevención y actividades comunitarias.
La prevención del suicidio requiere también la intervención de sectores distintos de la salud y exige un enfoque innovador, integral y multisectorial, con la participación tanto del sector de la salud como de otros sectores, como por ejemplo los de la educación, el mundo laboral, la policía, la justicia, la religión, el derecho, la política y los medios de comunicación
“Este es un llamamiento a la adopción de medidas para hacer frente a un gran problema de salud pública que ha sido un tabú durante demasiado tiempo.» Dra. Margaret Chan
Araceli Aguilar Salgado Periodista, Abogada, Ingeniera, Escritora, Presidenta del Congreso Hispanoamericano de Prensa, Analista y comentarista mexicana, del Estado de Guerrero, México.