Fundación Ciencia y Arte aboga por unas relaciones armoniosas y de cooperación entre Haití y la República Dominicana
Santo Domingo.- La Fundación Ciencia y Arte, entidad incorporada en el 1989, y que trabaja en las distintas regiones, provincias y municipios del país con el objetivo de alcanzar el desarrollo integral, expresó hoy que unas buenas relaciones entre Haití y la República Dominicana tienen que estar sustentadas en el respeto, la armonía, colaboración y cooperación entre sus Estados, gobiernos y pueblos.
En un documento concluyente de las 24 ediciones hasta ahora realizadas de la Feria Ecoturística y de Producción (de las cuales 7 versiones binacionales), de sus cuatro Encuentros Poblaciones de Montaña, y de los múltiples seminarios y encuentros científicos que realizó en la década de 1990 a lo largo y ancho de todo el territorio nacional, eventos todos que han contado con la participación de Haití, se destaca la trascendencia de construir unas relaciones armoniosas entre los pueblos y Estados dominicano y haitiano, expresaron los altos ejecutivos de la Fundación Ciencia y Arte Inc. Doctores Jacqueline Boin, presidenta y José Serulle Ramia, presidente fundador.
En las conclusiones de esas manifestaciones científico-culturales ha quedado claramente establecido que el mantenimiento de relaciones de cooperación entre las dos naciones es perfectamente posible, y que estas constituyen a la vez uno de los potenciales de progreso más desaprovechados y una de las herramientas fundamentales del desarrollo integral de ambos países, consideraron los directivos de la Fundación Ciencia y Arte (FCA).
Indican que los pueblos haitiano y dominicano tienen intereses comunes y divergentes, a imagen y semejanza de sus características fronterizas, geográficas, medioambientales e históricas y de sus procesos desiguales de desarrollo socio-económico y político. Sin embargo, los niveles de interdependencia entre ambas naciones caribeñas son altamente elevados.
“La República Dominicana, por los factores que se vienen acumulando desde la primera Ocupación Militar de la isla (1915-1916), depende en gran medida, para el buen desenvolvimiento de muchos de sus sectores productivos y de circulación de mercancías, de la mano de obra de Haití.
Además, la República de Haití se ha convertido desde hace más de dos décadas en el segundo socio comercial de la República Dominicana. Se beneficia también de las inversiones netas de capitales que provienen del país vecino, las que se vienen incrementando en varias ramas de la economía desde la década de 2010 (luego del terremoto que azotó gran parte del territorio, población y economía haitianos, en particular de Puerto Príncipe, su capital y fruto de la inestabilidad actual).
De la misma manera, las universidades dominicanas, en particular las privadas, son beneficiarias del numeroso contingente de estudiantes haitianos. Estos, según las propias autoridades de ese sector educativo, alcanzan, por lo regular, excelentes niveles académicos, amén de ser disciplinados y educados”.
Por su lado, Haití depende grandemente de la República Dominicana por los beneficios que recibe, gracias a los ingresos salariales (gran parte de esa masa salarial se convierte en montos de remesas para el país vecino), del abastecimiento de los productos de primera necesidad, de la construcción y de importantes servicios básicos sociales (salud, educación) aportados por la República Dominicana, expresaron los fundadores de la FCA.
Sostienen Boin y Serulle Ramia que el desarrollo económico de la zona fronteriza, la creación de fuentes de trabajo en la misma y el ordenamiento territorial (manejo racional de sus cuencas hidrográficas y sus bosques, fauna y flora), institucional y administrativo de los pasos y zonas fronterizos, es vital para regularizar y estabilizar el movimiento migratorio y controlar las actividades ilícitas entre las dos partes de la isla.