SANTO DOMINGO.- El legado de Patricia Ascuasiati, no solamente como bailarina, actriz, coreógrafa o productora, sino también como gestora cultural, defensora de la cultura negroide y promotora del legado que representa el carnaval dominicano, constituye un trabajo que sin estar físicamente presente, logrará inmortalizarla.

Ascuasiati, fallecida el pasado jueves, fue despedida entre aplausos, lágrimas y recuerdos compartidos por  sus colegas, quienes la definieron como  una «artistaza», destacando su dones de solidaridad, compañerismo, talento, amabilidad y entrega total a la hora de realizar sus proyectos y apoyar a sus amigos.

Con rostros compungidos, pero mostrando satisfacción por la manera en la que el pueblo había expresado su pesar por la partida de Patricia, sus amigos, familiares, colegas y autoridades del área de la cultura, realizaron un emotivo homenaje en el Lobby del Palacio de Bellas Artes, a a quien tantas veces se presentó en ese escenario, durante más de 35 años de carrera.

Su muerte deja muchas preguntas, pero sobre todo mucho dolor por lo inesperada y devastadora. Ella fue atropellada por su colega de profesión y amiga Mary Louise Ventura, en un hecho que aún está en investigación.

El homenaje abierto al público dio inicio a las 9 de la mañana en el vestíbulo del Palacio de Bellas Artes, en un acto organizado por el Ministerio de Cultura, donde estuvo presente la ministra Milagros Germán, quien destacó los dotes personales y artísticos de la bailarina.

La ministra de Cultura encabezó la primera guardia de honor junto a viceministros, entre ellos Giovanny Cruz. También lo hicieron actores, bailarines, coreógrafos y amigos de la familia.

Aún después de que sus restos mortales fueran trasladados a la Funeraria Blandino de la Avenida Abraham Lincoln, donde serían cremados, al Lobby de Bellas Artes continuaba llegando artistas y gente del pueblo para despedir en su viaje hacia la vida eterna a Patricia Ascuasiati.