Realizarán tributo a La Lupe

Realizarán tributo a La Lupe

El fuego de La Lupe volverá a encenderse en Santo Domingo

Por Carmen Luz Beato

Dicen que hay voces que no mueren, que solo se esconden detrás del silencio hasta que alguien se atreve a invocarlas. La de La Lupe es una de esas.

Su grito, su risa, su llanto y su delirio volverán a escucharse el 28 de octubre, cuando el escenario de Lungomare Bar Lounge se encienda en su nombre. Será una noche para sentirla, no para recordarla.

Porque a La Yiyiyi no se la recuerda —se la revive— cada vez que una mujer se atreve a cantar sin miedo, a temblar frente al micrófono y a dejar el alma colgando de una nota.

La mujer que ardía por dentro

En Santiago de Cuba, una niña soñaba con ser maestra. Se llamaba Lupe Victoria Yolí Raymond, y lo fue… hasta que descubrió que su verdadera aula estaba sobre el escenario.

Allí enseñó a sentir.

No había partituras ni silencios: solo su cuerpo en trance, su garganta desbordada, su manera feroz de convertir el amor y el dolor en espectáculo.

“La Lupe no cantaba: se incendiaba”, diría más tarde un crítico.

Y tenía razón.

Cuando llegó a Nueva York, el mundo la confundió con un relámpago.

Grabó con Mongo Santamaría, luego con Tito Puente, y su voz se volvió una tormenta tropical que mezclaba el soul con el bolero, la rumba con el exorcismo.

“Qué te pedí”, “La gran tirana”, “Puro teatro”… cada tema era un acto de fe, una confesión gritándole al destino.

 El eco de su fuego

Décadas después, su energía regresa a través de mujeres dominicanas que, como ella, saben que cantar no es solo afinar, sino sentir hasta romperse.

Ruth La Cantante, Sabrina Estepan, Susana Silfa, Karina Aguasvivas, Sonya Peña y Keren Dinzey tomarán el escenario de Lungomare Bar Lounge para encarnar a esa diosa imperfecta que no se rindió ante nadie.

Bajo la producción de Marina Frías y Carlos Echenique, el tributo no será un espectáculo cualquiera, sino un acto de resurrección:

la escena convertida en templo, la música como rito, y la voz colectiva invocando a una mujer que cantó con la piel abierta.

 La Lupe: verdad, exceso y eternidad

La historia la llamó “excesiva”.

Los hombres la llamaban “loca”.

Dios, quizá, la entendió mejor que nadie.

Murió en el Bronx, pobre y en silencio, pero dejó encendida una llama que hoy vuelve a iluminar el Caribe.

Porque el fuego de La Lupe no se apaga: cambia de cuerpo, cambia de siglo, pero sigue ardiendo en cada mujer que canta con el alma.

El tributo a La Lupe se celebrará el martes 28 de octubre a las 9:00 p. m. en Lungomare Bar Lounge, con un consumo mínimo de RD$1,000.

Reservas disponibles en www.empresasee.do/reservaciones o al 829-643-6383.

Una noche para revivir su fuego, para llorar de pie y para entender que algunas mujeres no se apagan: solo cambian de escenario.

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