El homenaje póstumo al “dueño de la voz más alta del merengue” fue encabezado por el presidente Abinader y congregó a figuras del arte, la política y la sociedad civil.

Santo Domingo. Con una mezcla de dolor, música y gratitud, la República Dominicana despidió este martes al popular merenguero Rubby Pérez en un emotivo homenaje realizado en el lobby del Teatro Nacional Eduardo Brito. La ceremonia, encabezada por el presidente de la República, Luis Abinader, la primera dama Raquel Arbaje y el ministro de Cultura, Roberto Ángel Salcedo, se extendió por más de seis horas y reunió a miles de personas.

Desde temprano en la mañana, fanáticos formaron largas filas en los jardines del recinto para dar el último adiós al artista que inmortalizó temas como Buscando tus besos y Sobreviviré. Fue precisamente en ese escenario donde Rubby tuvo su última actuación pública, durante la 40.ª entrega de los Premios Soberano. Rubby Pérez Hecho está” una producción musical que nace como el regalo de un compromiso

Artistas como Juan Luis Guerra, Eddy Herrera, José Virgilio Peña Suazo, Amaury Sánchez, viceministro de Cultura, Silvio Mora, Maridalia Hernández, Jacqueline Estévez, Rafely Rosario, Techy Fatule, Félix D’Oleo, Sandy Gabriel, Roger Zayas, Carlos Alfredo Fatule, Fefita la Grande, Juliana O’Neal, Wilfrido Vargas, Fernando Villalona, Jatnna Tavarez, y Frank Ceara, entre otros, desfilaron por el lugar. También estuvieron presentes figuras como la exministra de Cultura Milagros Germán, legisladores, empresarios, comunicadores y funcionarios del Gobierno.

Uno de los momentos más conmovedores fue protagonizado por Zulinka Pérez, hija y corista de Rubby, quien interpretó entre lágrimas el tema Color de Rosa, la canción que su padre cantaba al momento de sufrir la tragedia que lo llevó a la muerte. Luego interpretó Cuando se Ama, de Laura Pausini, una de las favoritas del cantante.

El pastor Ezequiel Molina, encargado del mensaje espiritual, expresó: “La República Dominicana está bajo lágrimas por una tragedia que nos ha llenado de duelo”, y recordó la fe que siempre profesó Rubby, quien solía cantarle la alabanza Dios de pacto con una interpretación que conmovía a todos.

Antes de partir al Cementerio Puerta del Cielo, donde descansarán sus restos, familiares y amigos soltaron globos blancos hacia el cielo como símbolo de despedida. Rubby Pérez deja un legado invaluable en la música dominicana, y su partida confirma que su voz no solo fue la más alta del merengue, sino también una de las más queridas.