SANTO DOMINGO.- Más que músico y propietario de una orquesta, Cheché Abreu parecía un sindicalista y muy compasivo, pues siempre se preocupaba por el bienestar de la sociedad, especialmente de su comunidad, pero también con sus músicos.

Cuando el grupo empezó a saborear el éxito, a partir de 1979, Cheché Abreu creó una cooperativa dentro de su orquesta, en la que todos los integrantes tenían un salario igual y el dinero restante lo depositaban en el banco. No importaba el rol de cada quien, pues allí todos devengaban el mismo salario.

Para administrar la cooperativa, designaron como primer tesorero al trombonista conocido como Monegro; como segundo, a Medina Recio, quien tocaba el saxo tenor; como tercero a Chiquín González, saxo alto y como cuarto a Víctor Perdomo, trompetista.

Cada año alguien diferente ocupaba este cargo de tesorero principal y se le pagaba cinco pesos adicionales por baile, según reveló el fallecido artista en el libro Merengueros

“El tesorero era uno de los músicos, alternándolo cada cierto tiempo y el que le tocaba el cargo ganaba cinco pesos más que los otros, porque tenía que hacer diligencias, cambiando los cheques y pagándole a los músicos”, dijo Cheché

En 1979 compraron 16 carros, uno para cada integrante. Al año siguiente, a cada músico se le compró una casa, ya que la mayoría vivían en apartamentos, casas y habitaciones rentadas o en la propiedad de un familiar y amigo.

“Nosotros funcionábamos como una cooperativa y como agrupación teníamos una sociedad de iguala médica con el Centro Médico Luperón y la Clínica Rodríguez Santos y si se enfermaba un músico, su esposa o su hijo, era llevado a uno de esos centros para que lo atendieran y pagaba la orquesta”, precisó Cheché.

Uno de los trompetistas estuvo interno por cuatro meses con problemas en un pulmón y todo ese tiempo fue costeado por lo que generaba la orquesta.

Así manejó Cheché Abreu su grupo hasta 1995, fecha en que tuvo que disolverlo debido a un derrame cerebral que sufrió. (Tomado de Elportal.com.do)